lunes, 5 de noviembre de 2018

La crisis del fútbol paraguayo

El Superclásico se tradujo en una nueva demostración del pésimo nivel del arbitraje paraguayo. Lo de ayer llegó al colmo, ya que el mal desempeño y la inmadurez y prepotencia de los dirigentes del tradicional rival llevaron a la violencia entre personas inocentes que sólo querían presenciar un espectaculo.



Andino cometió el gravísimo error de designar a un árbitro si experiencia ni personalidad para dirigir el partido más fuerte del año. Cerro criticó el minuto de más, el cual estuvo bien adicionado, ya que, si conocieran el reglamento, sabrían que el partido debía reanudarse para poder terminar, y que el tiempo adicionado se dió por el tiempo perdido en el descuento. 

Nada va a justificar el mamarracho que hizo Raúl Zapag, eso es imperdonable en cualquier dirigente, sin importar de que club sea. Claramente sería un pésimo lider y no aportaría a eliminar la violencia en el fútbol, sino a fomentarla. LOS ZAPAG AYER INSITARON A LA VIOLENCIA. PUNTO.

Volviendo al arbitraje, desde los primeros minutos ya se visualizaba que iba a ser un completo desastre. En su rostro temeroso una podía ver que las cosas se le iban a de las manos con cada patada que se metían los jugadores, o en cada reclamo que hizo. Cobró mal, expulsó mal, y hasta demostró desconocimiento del reglamento al cobrar un offside tras un lateral. Sólo el penal  del final es incuestionable. Penal por donde se lo mire. Lo demás un mamarracho. 

Andino tendría que haber puesto al mejor (lo cual es dificil de definir, debido al pésimo nivel demostrado por todos), no andar experimentando o "dando la oportunidad" a un arbitro que apenas tiene 40 partidos en primera división y que ha dirigido a los grandes muy pocas veces. Tiene que conocer esa presión para que no afecte sus decisiones. Una decisión muy irresponsable, casi criminal, si la cosa pasaba a mayores.

Torres fue muy astuto al dejar la APF, se iba a manchar con tanta inoperancia. 
Hay mucho que cambiar, y pocas esperanzas de ver cambios a corto plazo. 

Seamos sinceros, así no se puede jugar.

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