Brasil nos vacunó. Si, perdimos 3 a 0 en San Pablo y es un
resultado que se veía venir. ¿Por qué? Porque Tite le devolvió al mundo la
alegría del Jogo Bonito, ese que tanto nos gusta ver y que tanto nos hace
sufrir cuando nos toca ser el rival de la verdeamarela.
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Foto: EFE |
Dentro de todo punto de vista estaba en el presupuesto, pero
digo esto por la naturaleza del fútbol paraguayo. El Chiqui propuso juego, y le
fue bien durante algunos lapsos del partido, pero lastimosamente sigue con el
capricho de que juegue Derlis Gonzalez y, peor aún, el capricho de que juegue
Santander. ¿Cuál es el problema con ellos? DESAPARECEN EN LA CANCHA.
Neymar volvió a demostrar que es un crack, se tire o no a la
pileta, no necesita de ese recurso para pasar por encima a cualquier defensa
(especialmente si esa defensa es literalmente una carreta con Verón y Da Silva
comandando), tiene una calidad indiscutible, por algo está donde está y es un jugador
correcto, (no como un 10 de Argentina que no voy a decir su nombre).
Del árbitro no hay mucho que decir, todo se resume en una
sola palabra: INEPTO (Chilavert lo describiría mejor).
No estamos eliminados aún, dependemos de distintos resultados, pero la
esperanza no es la misma. Lastimosamente regalamos puntos antes con empates
sobre la hora, pero ya no es objeto de análisis porque hablamos de otro
entrenador y otra directiva.
El fútbol paraguayo se sigue reconstruyendo y llegar al
mundial sería un premio muy grande para lo hecho en estas eliminatorias.
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